MEMORANDUM 4 DEL 2013 2° parte

Del mismo modo en que relajas los músculos después de terminar con las Asanas y los ejercicios físicos, también deberás relajar la mente y dejar que descanse después de la concentración y la meditación, después de practicar el entrenamiento de la memoria y el desarrollo de la voluntad. La relajación de los músculos da reposo a la mente. La relajación de la mente trae descanso al cuerpo también. El cuerpo y la mente están íntimamente conectados. El cuerpo es un molde preparado por la mente para su disfrute.

La mente acumula experiencias a través del cuerpo y trabaja en conjunto con Prana, los sentidos y el cuerpo. La mente tiene influencia sobre el cuerpo. Si estás alegre, el cuerpo también estará saludable y fuerte. Cuando te sientes deprimido, el cuerpo no puede trabajar. Inversamente, el cuerpo tiene cierta influencia sobre la mente. Si el cuerpo está saludable y fuerte, la mente también estará feliz, alegre y fuerte. Si hay dolor de estómago, la mente no podrá trabajar. El pensamiento toma forma en la acción y la acción reacciona sobre la mente. La mente actúa sobre el cuerpo y el cuerpo reacciona sobre la mente. Eliminar la tensión de los músculos genera reposo y calma en la mente.
Mediante la relajación, das descanso a la mente, a los nervios cansados y a los músculos sobrecargados de trabajo. Obtendrás inmensa paz mental, fuerza y vigor. Cuando practiques relajación del cuerpo o de la mente, el cerebro no deberá estar ocupado con diversas clases de pensamientos extraños y dispersos.

Ira, decepción, fracaso, indisposición, sufrimiento, pena y discusión causan tensión mental interna. La práctica de la relajación de la mente eliminará la tensión mental interior, llenará la mente con nueva energía y te hará alegre y feliz.

Hay que generar aplomo y calma mental mediante la erradicación de la preocupación y la ira. En verdad, el temor está detrás de ambos, la preocupación y la ira. Nada se gana preocupándose o enojándose sino que, por el contrario, se gasta mucha energía con estas dos clases de emociones más bajas. Sé cuidadoso, estate atento. Deberías evitar todas las preocupaciones innecesarias. Expulsa todo temor, toda preocupación y toda ira. Piensa en el valor, el gozo, la felicidad, la paz y la alegría. Siéntate relajado y en una posición cómoda durante quince minutos. Puedes echarte en un sillón. Cierra los ojos. Retira la mente de los objetos externos. Aquieta la mente. Silencia los pensamientos bulliciosos.

Cierra los ojos. Piensa en algo placentero. Esto relajará la mente maravillosamente. Piensa en el inmenso Himalaya, la sagrada Ganga o cualquier paisaje de Kashmir, el Taj Mahal, el Victoria Memorial de Calcuta, una puesta de sol encantadora, la vasta expansión del océano o el infinito cielo azul. Imagina que el mundo entero y tu cuerpo están flotando como una pajita en este vasto océano del espíritu. Siente que estás en contacto con el Ser Supremo. Siente que la vida del universo entero está latiendo, vibrando y palpitando a través de ti. Siente que el Señor Hiranyagarbha, el Océano de la vida, te está acunando suavemente en Su vasto seno. Luego abre los ojos. Experimentarás una inmensa paz, vigor y fuerza mental. Practica y siente esto.