Dentro de un tiempo los que hoy todavía son detractores incondicionales de Hugo Chávez, comenzarán a ver el indudable salto educativo que su población dio durante estos quince años y cómo se igualaron las condiciones de vida de la mayor parte de los venezolanos. Hoy todavía se discute, pero dentro de un tiempo, cuando esos niños se hayan convertido en hombres y mujeres a los que se les escuche, nadie lo podrá negar.

Pero el impacto del ex militar Hugo Chávez Frías sobre la política mundial es algo que ya estamos viviendo.

Por Rafapal

Hugo Chávez se saltó todos los códigos; hizo todo lo que se supone no debe hacer un político y se ganó a la población. Triunfó.
Antes de Hugo Chávez, un político no debía decir lo que de verdad piensa, ni ser extrovertido, ni hablar sin leer un papel

(no sea que diga algo que no deba), ni romper la barrera que le separa del pueblo, ni hablar directo, ni ser dicharachero, simpático, jovial, divertido…

Gracias al cielo, Hugo Chávez no pasó por la universidad, ni por partido político y no pudo, por tanto, ser adiestrado en “cómo debe comportarse un político”. Y fue él mismo.

Eso es lo que no soportaron los que le odiaron. A diferencia de la mayor parte de los gobernantes del mundo, Hugo Chávez era real, y eso les ponía en evidencia, por supuesto, porque ellos son impostores. Decía lo que pensaba y actuaba decididamente, gracias a su experiencia militar.

El mayor legado que Chávez deja al mundo es su estilo, es decir, su ausencia de estilo, y eso es lo que deberían aprender sus sucesores venezolanos: quedarse con el espíritu ¡y no con la forma! [Seguro que ya hay quien en Venezuela empieza a imitarle, ¡craso error! Ese es el mayor peligro del socialismo, que la gente opera como robots, sin corazón, de acuerdo a modelos prefijados, “científicos”, que no tienen en cuenta que la realidad es siempre cambiante].

Pero es que Hugo Chávez fue el primero que denunció la corrupción en sus propias filas y animó al pueblo a exigir a sus gobernantes, convirtiéndoles en sujeto activo del gobierno: el cambio de perspectiva es tremendo.

Tras Hugo Chávez, la política ya no volverá a ser la misma y las consecuencias están a la vista de todos: las masas en el mundo que se levantan contra los corruptos son un reflejo de la revolución bolivariana… pero con una falla: les falta un líder capaz de unificar a la población. Por eso fracasan, obviamente.

Aunque se acercó al comunismo (más que nada, porque no tenía ningún referente en el que pudiera inspirarse), Chávez fue un heterodoxo, un ser humano que buscaba soluciones para los problemas sin métodos prefijados, sin ideologías que le impidieran dar pasos en la dirección que consideraba justa; la verdad.

En su desigual combate contra las fuerzas “imperialistas” (es decir, sionistas), que no consiguieron derrocarle en vida, mientras que continuaba martilleando contando verdades como puños, como la del 11-S, el saqueo de Latinoamérica o el genocidio palestino, Chávez se ganó el calificativo de “héroe”, el hombre que defiende a los débiles, reivindicando, de paso, la condición masculina en mundo izquierdista que no sólo la denigra sino que la ha llegado a criminalizar. (El problema es que el feminismo y el movimiento gay han empezado a contaminar la revolución bolivariana con su guerra de sexos prefabricada).

De paso, Hugo Chávez también lanzó un mensaje a los militares de todo el mundo, “enseñándoles el camino” de cómo serán, no solo respetados, sino amados por su pueblo: la simpatía no está reñida con la rectitud ni la honorabilidad con la espontaneidad.

Sin duda, su mayor logro es haber sabido aunar la justicia social conocida como “socialismo” con la espiritualidad, reivindicando a Jesucristo y la unión con los musulmanes que creen en la Justicia. Sin duda que esto descolocó a la izquierda atea de medio mundo y, de alguna manera, ha sido el mayor gol que coló el inclasificable venezolano. Después de Chávez la izquierda ya no va a poder seguir mirando a otro lado cuando se les habla del espíritu. Porque Chávez fue, ante todo, un líder espiritual, el nuevo tipo de líder político del siglo XXI.

Ayer, estaba esperando las palabras de su compañero Mahmud Ahmedineyad, y no me han defraudado.

Esto es lo que dice en Rusia Today el líder iraníExpresando sus condolencias por la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, comparó al difunto mandatario con un santo que algún día regresará a la Tierra.

A través de la página web presidencial, el líder iraní aseguró no tener dudas de que Chávez “resucitará, junto con Jesús y el Hombre perfecto” (el imán Mahdi que, según la creencia chiita, volverá al mundo junto con Jesucristo para establecer la paz).