1-tiempos-del-fin-postLeamos ahora, las ProfecĂ­as bĂ­blicas sobre Ă©stos tiempos del fin: leemos en IsaĂ­as 24-1 al 7, y en 23-19: “QuebrantarĂ© del todo a la tierra, enteramente desmenuzada serĂĄ la tierra “, “Del todo serĂĄ vaciada la tierra y enteramente saqueada
 destruyĂł se la tierra
 la tierra se corrompiĂł o inficionĂł, bajo sus moradores , por esa causa fueron consumidos”.

Estas profecĂ­as bĂ­blicas del Antiguo Testamento no se equivocan y como ven se estĂĄn preparando las condiciones para que se cumplan.

El planeta tierra es un ser vivo, tan igual como un ser humano, o un animal.

La tierra no es una roca inerte, insensible, sufre como cualquiera los daños que se le propinan permanentemente, en gran cuantía, enferma y herida como estå, hace por sanarse, por recuperarse, por reajustarse, por reordenarse.

Los grandes depredadores, que manejan Ă©sta humanidad dirigida por el sionismo judĂ­o y sus trasnacionales, van devastando el entorno natural de manera irracional sin medida alguna.

La industrializaciĂłn, el excesivo uso de combustible para fĂĄbricas, vehĂ­culos automotores, naves aĂ©reas y marĂ­timas, calefacciĂłn y enfriamiento para hogares, comercios, etc, la quema y vasta deforestaciĂłn para construir carreteras, urbes, explotaciĂłn de madera, y la proliferaciĂłn de pastizales para el ganado vacuno, la deforestaciĂłn masiva para tener millones de Has, para plantar cereales, cañas de azĂșcar, y multitud de cultivos, no solo contamina, sino que desertiza y destruye los pulmones naturales, que la naturaleza a puesto para conservar el equilibrio de la esfera.

La emanaciĂłn de gases tĂłxicos, de todo tipo, el envenenamiento del suelo y de las aguas, la desapariciĂłn de especies de vegetales y animales, el desaforado consumismo, promocionado y difundido por los medios de comunicaciĂłn judĂ­os, se confabulan todos, para someter a la especie humana, mientras la vida va agonizando.

La alienaciĂłn o locura de la perversa casta sionista que domina al mundo, que ha promocionado y creado una inconsciencia colectiva, un afĂĄn de consumir, de destruir para conseguir dinero, va destruyendo poco a poco el mundo y su ambiente natural.

Las capas de hollĂ­n o bruma artificial contaminante, sobre las grandes ciudades, es una muestra diaria del deterioro.

Los sĂ­ntomas inequĂ­vocos del calentamiento global, el cual ya no pueden ocultar los medios de comunicaciĂłn judĂ­os por lo evidente, ciclones, huracanes, nevadas y frĂ­os extremos, calores tremendos que provocan incendios forestales, lluvias prolongadas, deslaves , inundaciones, terremotos de gran magnitud, tsunamis, deshielo polar, nunca visto, creciente escasez de agua potable, deterioro de la capa de ozono, aumento de la actividad volcĂĄnica, sequĂ­as atroces, gigantescos incendios forestales, derretimiento acelerado de los polos y de los glaciares, la esfera se estĂĄ destruyendo a nuestro alrededor, sin posibilidad de cese, o recuperaciĂłn.

La locura demencial, de Ă©sta casta perversa que domina al mundo nos estĂĄ llevando al desastre.

La ausencia de un reagrupamiento revolucionario, capaz de organizar y dirigir el profundo descontento de millones de norteamericanos, europeos, asiĂĄticos, sudamericanos, etc., lanzados a la bancarrota por la mafia judĂ­a del gran capital que domina y manda en el mundo, demuestra cĂłmo el sionismo, ha eliminado los aĂștĂ©nticos lĂ­deres revolucionarios, matĂĄndolos, y a los pueblos del mundo, los han vuelto amorfos, brutos, imbĂ©ciles.

ExtraĂ­do de: “La Guerra Final Año 2012″ – por Emiliano Zapata