Cuando Dios quiere escondernos algo, lo pone bien cerca de nosotros. -M A.

El cuerpoĀ necesitaĀ muchas cosas, el alma pocas. -M A.

Existe una zona en nuestro ser que no es tocada por ninguna enfermedad. Desde allĆ­ pintemos controlar cualquier situaciĆ³n.

Es increĆ­ble la fuerza que el alma puede infundir en el cuerpo. -Humboldt

La meditaciĆ³n es al alma, lo queĀ la dietaĀ al cuerpo. -AnĆ³nimo

Mientras se vive todo es posible. -AnĆ³nimo

LA MEDITACIƓN
(4.3Ā potenciaĀ del saber pensar)

La meditaciĆ³n es el poder mĆ”s absoluto que existe para curar lasĀ enfermedades delĀ alma y del cuerpo.

A medida que vamos penetrando en nuestra esencia encontramos un lugar fascinante en torno a nosotros. Por medio de la meditaciĆ³n trascendente logramos llegar hasta el mismo corazĆ³n del Universo que se encuentra en nuestro interior. Desde allĆ­ podemos irradiar hacia nuestro cuerpo las energĆ­a curativas que existen en el Cosmos.

LA FLOR Y EL FRUTOĀ 

Una vez una flor se sintiĆ³ muy sola y creyĆ³ que habĆ­a venido a este mundo en vano. La flor gritĆ³ desesperada: -Anhelado fruto, ya estoy marchita y tĆŗ no apareciste por parte alguna ĀædĆ³nde estĆ”s? -Me encuentro dentro de ti. -Le respondiĆ³ el fruto y le repitiĆ³: -Dentro de ti estoy, bella flor.

De igual forma, a veces buscamos afuera los secretos y poderes para enfrentarnos a las enfermedades y no miramos en nuestro interior, donde tenemos los mejoresĀ medicamentosĀ que curan las enfermedades mĆ”s difĆ­ciles. Nuestro mĆ©dico interno conoce hasta el Ćŗltimo secreto deĀ medicinaĀ y nuestro sistema inmunolĆ³gico es un ejĆ©rcito capaz de atacar, sin compasiĆ³n el mal mĆ”s escondido derrotĆ”ndolo.

Por esto podemos gritar: “MĆ©dico infinito que curas todas las enfermedades, ĀædĆ³nde estĆ”s?” Y Ć©l responde: “AquĆ­ estoy… en tu interior”.

Lo mĆ”s importante es cĆ³moĀ lograrĀ que trabaje; muy sencillo: a travĆ©s de la meditaciĆ³n.

La meditaciĆ³n tiene dos significados: nosotros, los occidentales, consideramos que meditar es pensar en algo, reflexionar, dejar divagar nuestros pensamientos. Los orientales han experimentado en la meditaciĆ³n una luz que brilla mĆ”s allĆ” de todo lo terreno; pero la meditaciĆ³n, para ellos, es algo muy distinto a la nuestra.

La meditaciĆ³n es dejar la mente en paz, alejando los pensamientos y, a la vez, aumentando el estado de conciencia a un nivel tan alto que se percibe el acto de existir en todo su esplendor.

Quien logra un estado de meditaciĆ³n trascendente se sumerge en: una armonĆ­a no explicada con palabras. Se siente una paz indecible y el cuerpo queda libre de coda tensiĆ³n. Es aquĆ­ donde todas las fuerzas corporales se ponen a tono, se armonizan y se produce el efecto mĆ”s maravilloso el cual nos interesa: Se recupera la salud. (Ver libro QuĆ© fue lo que el Buda descubriĆ³.)

Los efectos de la meditaciĆ³n sobre la salud del alma y del cuerpo estĆ”n mĆ”s que comprobados a travĆ©s de todas las Ć©pocas y en todos los paĆ­ses por millones de personas que la practican. La meditaciĆ³n puede hacer mĆ”s por la salud que cien libras deĀ medicamentos.

SIN UN GUIA NO SE PUEĀ ENTRARĀ NI AL PARAƍSOĀ 

No es debido enseƱar la meditaciĆ³n por el medio escrito al menos la primera vez-. Se requiere un maestro o guĆ­a que haga la inducciĆ³n primaria en forma personal. Es posible perfeccionarla y aprender otras variantes mediante instrucciones escritas, pero la primera experiencia ha de ser de viva voz mediante un cassette o personalmente.

Debes comunicarte con un centro de yoga o escuela teosĆ³fica donde practiquen la meditaciĆ³n en grupo (esto no es ninguna enseƱanza religiosa, ni interfiere con credo alguno).

Sin embargo, debes asegurarte en no caer en manos de charlatanes y embaucadores. ĀæCĆ³mo distinguirlos? Muy fĆ”cil. Quienes cobran por inducir a la meditaciĆ³n son falsos maestros, pues enseƱar a meditar es un acto puro de amor, y el amor verdadero no se compra ni se vende.

Es correcto que algunas escuelas de sabidurĆ­a tienen que subsistir por laĀ venta de libros, casetes, productos sencillos, comida,Ā etc., pero la meditaciĆ³n no debe ser contaminada por el mercantilismo comercial, puesĀ es unapotenciaĀ Divina.

Quienes logran esta otraĀ potencia, su vida interior se enriquece al mĆ”ximo, la inteligencia se aclara, la memoria les fluye rĆ”pidamente. Terminan los miedos, el estrĆ©s, los rencores, y la armonĆ­a total se apodera del cuerpo restituyendo la salud.

La meditaciĆ³n obra en todas las personas que la practican porque es un acto tan natural como la existencia misma. Desintoxica el alma, aclara la mente y logra que la energĆ­a del EspĆ­ritu fluya por todo el organismo haciendo el milagro de la curaciĆ³n.

A diario, en los centros donde se practica una sana meditaciĆ³n, se reciben testimonios de curaciones espontĆ”neas gracias a Ć©sta; en ningĆŗn momento constituye un milagro, es una cualidad de nuestra mente. Es fĆ”cil saber el porquĆ©: “Mente sana en cuerpo sano”.

Quien descubre por dĆ³ndeĀ vinoĀ a este mundo, tambiĆ©n sabrĆ” por dĆ³nde tiene que irse (ver libro Las leyes ocultas de un universo desconocido).

AnĆ³tate la cuartaĀ potenciaĀ de la meditaciĆ³n (saber pensar). EnĀ resumen:

1. Pensamiento positivo y amoroso.

2. La potente imaginaciĆ³n.

3. La autosugestiĆ³n.

4. La meditaciĆ³n.

Volver al ƍndice del libro: ā€œCĆ³mo Curar las Enfermedades Incurablesā€