Siempre que han sucedido situaciones como esta de la enfermedad y muerte del Presidente Chávez, como causan un shock en las personas, resultan muy efectivas para esconder las verdaderas causas y la manera en la que se originaron.

Por: Donald Shimoda

Asesinaron a nuestro Chávez.

La oposición y sus disparates son un elemento de distracción. La vaina viene por otro lado. Ganamos las elecciones, ellos siempre supieron que perderían, y nos mataron a Chávez. Nunca se trató de política, siempre fue una conspiración. Y sus planes continúan avanzando y continua siendo en este terreno, no en el político. Las “metidas de pata” de Capriles Radonski son una cortina de humo para tratar ocultar la ruta que se han trazado.

Me disculpas Mario Silva pero el análisis que haces de la oposición está muy lejos de la realidad. Tú piensas que por haber acudido un gran grupo de jefes de Estado y representaciones internacionales al funeral de nuestro querido Presidente, esto es un freno para las intenciones de la oposición y de los enemigos poderosísimos que están detrás de ella. ¿Cuántos Estados del mundo apoyaron nada menos que en la ONU al pueblo de Palestina? ¿Esto logró detener al Estado de Israel o a sus aliados?.

Ellos no tienen límites, actúan siempre depravadamente. Y de esto tenemos infinidad de ejemplos, los cuales siempre se presentan como situaciones confusas, impensables, insólitas, increíbles, cercanas a la ciencia ficción. Además, el que la causa ridiculiza ante los ojos del mundo a cualquiera que se atreva a dudar y denunciar la conspiración que se ha llevado a cabo, y saben muy bien que para demostrar que no se trató de un accidente, muerte natural, enfermedad o algo dentro de lo “normal”, se requiere de profundos conocimientos científicos y tecnológicos. Los casos JF Kennedy y el ataque del 11 de Septiembre son unos ejemplos de lo difícil que resulta luego aclarar lo sucedido.

El médico de cabecera de Arafat, el doctor Ashraf al Kurdi, fue apartado completamente de la estancia final en París; no se le practicó autopsia al cadáver; se extraviaron las biopsias que le habían hecho unos días antes en Ramala; el informe final no se hizo público sino que se distribuyó exclusivamente a su familia próxima; y, finalmente, el hospital militar de Percy destruyó supuestamente las muestras de sangre y de orina y se negó a entregar los resultados.

Los israelíes disponen de medios todavía desconocidos para nosotros y que no dejan huella, de los que nos enteraremos dentro de muchos años, una vez que desclasifiquen la información o tenga lugar una filtración. En 1997 agentes del Mossad intentaron matar a Jaled Meshal, el principal dirigente del movimiento islamista Hamás en el exilio, inyectándole una sustancia tóxica en una oreja mientras paseaba por el centro de Ammán (Jordania). Al ser sorprendidos y capturados tras la fallida operación, el Gobierno israelí se vio obligado a facilitar el antídoto a los médicos jordanos que le trataron, pues para ellos se trataba de un veneno desconocido. Yibril Rayub, exdirector del Servicio de Seguridad Preventiva (Aman al Hukai), evoca también el reciente reconocimiento oficial indirecto por parte del Gobierno (al levantar la censura militar sobre una entrevista hecha por Ronen Bergman en el año 2000 al comandante de la operación, ya fallecido) del asesinato de Abu Yihad, el entonces lugarteniente de Arafat en la OLP que dirigía la primera Intifada desde Túnez en 1988.

Pero mientras que la “liquidación” de Abu Yihad era un secreto a voces y del que ya había habido previas filtraciones de otros miembros del comando que llevó a cabo la operación, en el caso de haber sido asesinado Arafat los implicados se contarían con los dedos de una mano. Los observadores externos que piensan que se trató de un envenenamiento citan al difunto periodista israelí Uri Dan, asesor y amigo personal del entonces primer ministro, Ariel Sharon. En su libro Conversaciones íntimas con Ariel Sharon, Dan apunta que sugirió al político apresar a Arafat en la Mukata y llevarlo para ser juzgado públicamente en Jerusalén –tal como hicieron con el dirigente nazi Adolf Eichman tras ser secuestrado por un operativo del Mossad en Argentina– y entonces Arik [Sharon] le respondió enigmáticamente que ya estaba poniendo solución al problema “a su manera”. Si así fuera, todo indica que previamente habría recibido el consentimiento del entonces presidente de EEUU, George W. Bush, que sentía tanta inquina o más que el propio Sharon hacia el líder palestino. El mismo odio que sentía por nuestro Presidente.

El canal Al Yazira atribuyó el pasado 28 de julio de 2012 la muerte del dirigente de la Autoridad Nacional Palestina a un envenenamiento con Polonio 210, una sustancia altamente radiactiva encontrada en sus objetos personales, la misma utilizada para liquidar al ex espía ruso Alexander Litvinenko.

Otro ejemplo de lo difícil que resulta investigar una vez que se ha realizado el asesinato y que han vendido al mundo a través de sus poderosos medios de comunicación la supuesta “verdad” de lo sucedido, es el asesinato del Papa Juan Pablo I perpetrado por una maraña de organizaciones mafiosas. ¿Porqué no permitieron una autopsia? ¿En qué mundo creemos nosotros que vivimos? Nuestro mundo es el mundo en el cual la derecha se infiltra en CORPOELEC y no podemos con ella, o el de los que hicieron cualquier cantidad de trácalas con CADIVI sin que nadie pudiera detenerlos.

Nuestro mundo es el mundo del Cacique Sabino el cual denunció públicamente que lo asesinarían. Y lo asesinaron sin que nadie pudiera protegerlo y evitarlo.

Nos descuidamos y olvidamos el desmesurado poder inhumano de nuestros enemigos. Por nuestra mente nunca pasó esta posibilidad, un ataque de este tipo. Miramos todo desde nuestra ingenuidad, entusiasmados por nuestros corazones y el amor hacia nuestro Chávez. Y mientras ganamos las elecciones, perdimos su invalorable vida. ¡Nos jodieron! La exhortación a asesinar al Presidente Chávez por parte del congresista norteamericano Connie Mack en pleno Capitolio de Washington mientras dirigía el encuentro denominado “Peligro en los Andes” junto con Otto Reich, Ileana Ros-Lehtinen y Roger Noriega organizada específicamente con el propósito de derrocar a Chávez fue hecha ¡públicamente!. En aquel momento, noviembre de 2010, el Presidente Evo Morales denunció: “Si algo pasa a Chávez, el responsable será este congresista”.

¿Cómo emprender ahora mismo la inmensa tarea de investigar cómo lo asesinaron?. Necesitamos ayuda de nuestros hermanos los “Chávez” de todo el mundo científico, de investigadores y especialistas. Los hijos e hijas de Chávez que conforman el Gobierno de la Revolución, nuestros hermanos Presidentes de la Patria Grande de América del Sur y de todas las naciones que en este momento lloran la pérdida de este ser extraordinario deben ayudarnos.

No podemos quedarnos contemplando con orgullo la visita de tantos mandatarios que amaban a nuestro Presidente, o a la marea humana que incansablemente espera largas horas en las colas para entregarle su amor una vez más. ¿Qué otra cosa esperamos que sientan estos millones de hombres y mujeres por un gigante del amor como Hugo Chávez?.

Por el amor que sentimos por él debemos insistir en que se realice una investigación profunda y que se proteja toda la información sobre los exámenes realizados y las muestras necesarias para llevarla a cabo. La ayuda que pueda prestarnos nuestra hermana Cuba y los Comandantes Fidel y Raúl Castro es vital.

Todos sabemos que resultado tendrán las próximas elecciones, hasta la oposición lo sabe. Nos atacarán siempre por el único camino que conocen: La violencia. Si no realizamos una investigación de lo sucedido con nuestro Chávez, siempre estaremos expuestos y vulnerables a que lo repitan cuando quieran.

Los asuntos políticos suponemos que se resuelven políticamente. En este caso no se trata de un asunto político, se trata de terrorismo científico y tecnológico.

Esta investigación no puede ser manejada por periodistas, como casi siempre sucede. Se debe nombrar inmediatamente una comisión de patriotas incondicionales, asesorados por científicos especialistas en terrorismo, militares leales, abogados y todo aquel que pueda hacer un aporte importante, para que la inicien cuanto antes hasta que quede claramente determinada la verdadera causa de lo sucedido.

Vamos a las elecciones con el Invencible Chávez y su hijo Nicolás Maduro, hacia una victoria que debemos lograr que sea como nunca se haya visto.

Pero por amor a Chávez, investiguemos.