Es casi inconcebible alimentarse sin trigo o arroz.

No es extraño, porque son la principal fuente de hidratos de carbono, de los cuales debe proceder el 60 por ciento de las calorías la energía que precisamos diariamente.

Además, sus hidratos de carbono de absorción lenta ofrecen esa energía de forma gradual, sin desequilibrar los niveles de glucosa como lo hace el azúcar. Proporcionan también una dosis considerable de proteínas, de minerales (hierro, magnesio) y vitaminas (sobre todo del grupo B).
Para beneficiarse al máximo de los cereales hay que consumirlos integrales, es decir, enteros, tal como los ofrece la naturaleza, pues así conservan todos sus nutrientes y su fibra insoluble

• Indicados para abastecerse de energía en estados de agota-miento y desmineralización.

• Favorecen el tránsito intestinal, lo que evita el estreñi-miento y previene el cáncer de colon. Disminuyen los niveles de colesterol.

• Equilibran el sistema nervioso y el estado de ánimo.

• Reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama.