Si usted estĆ” jugando una partida de ajedrez y todas las prĆ³ximas movidas que proyecta inexorablemente conducen a jaque-mate, entonces usted tiene dos – y sĆ³lo dos – opciones: o Usted voltea su Rey y acepta caballerosamente la derrota, o…

Ā”Usted patea el tablero, se rehĆŗsa a aceptar la derrota y arma una batahola de novela!

ĀæEs esto lo que estĆ”n pensando en hacer los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, como les hemos dado en llamar a las dirigencias que hoy controlan a Estados Unidos, Reino Unido, UniĆ³n Europea e Israel, haciĆ©ndolo en contra de los intereses de sus respectivos pueblos?

Por Adrian Salbuchi Ā para RT

Todos bien sabemos que si uno le permite a un niƱo malcriado que haga todo lo que se le dĆ© la gana cediendo ante sus gritos, patadas y lloriqueos cada vez que no se sale con la suya sabiendo que sus ataques de malhumor le conseguirĆ”n lo que quiere, entonces serĆ” cada vez mĆ”s difĆ­cil lograr que ese pequeƱo monstruo madure y se comporte algĆŗn dĆ­a como adulto responsable.

Esta bien podrĆ­a ser una metĆ”fora sobre la manera en que las Potencias Occidentales se vienen comportando y actuando en las Ćŗltimas dĆ©cadas, especialmente luego de los ataques terroristas de 11 de septiembre de 2001 que durante algĆŗn tiempo les otorgĆ³ un cheque en blanco que les permitiĆ³ avasallar e invadir buena parte de Medio Oriente…

Desde entonces, su principal meta parece ser pelear las guerras que benefician a Israel, segĆŗn lo definieran con meridiana claridad centros de planeamiento como el notorio “Proyecto para un Nuevo Siglo Norteamericano” (Project for a New American Century), y la iniciativa estratĆ©gica redactada por un equipo de acadĆ©micos neoconservadores (luego funcionarios del PentĆ”gono de George W. Bush) liderados por Richard Perle, que incluyĆ³ a figuras como Douglas Feith, Robert Loewenberg, David Wurmser y Mayrav Wurmser. Ese documento se titulĆ³ “Un corte limpio: una nueva estrategia para asegurar al reino” (“A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm”), entendiĆ©ndose por “reino” al Estado de Israel.

AquĆ©l documento ni siquiera fue preparado para el Gobierno norteamericano sino para el entonces ex primer ministro de Israel (hoy nuevamente en el cargo) Benjamin Netanyahu, y tenĆ­a como eje central la destrucciĆ³n del Irak de Saddam Hussein, por ese entonces el archienemigo de Israel.

En posteriores aƱos, utilizaron mentiras flagrantes y obscenas como las inexistentes “armas de destrucciĆ³n masiva” de Irak; sus conexiones inexplicables con los Talibanes y Osama Bin Laden (cuya familia saudĆ­ son socios de la familia Bush en la inversora petrolera The Carlyle Group); las desfachatadas intervenciones en los asuntos internos de Egipto; la destrucciĆ³n de Libia (que incluyĆ³ el asesinato en vivo por TV de su lĆ­der Muamar Gaddafi y sus hijos al son de las carcajadas guarangas de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton); amenazas permanentes de lanzar un ataque militar unilateral contra IrĆ”n por su supuesto plan nuclear militarizado; y, mĆ”s recientemente, la ingenierizaciĆ³n de guerra civil contra el gobierno sirio de Bashar al-Assad. Claramente, estos “Cuatro Jinetes” realmente han desparramado muerte, sangre y destrucciĆ³n en todo el Medio Oriente y otras regiones.

Desde entonces, sin embargo, cientos de millones de personas en todo el mundo van despertando y han comenzado a comprender la profunda verdad detrĆ”s de las declaraciones del ex primer ministro de Malasia, Mahmoud Mahathir, cuando en el 2003 con motivo de una reuniĆ³n de la OrganizaciĆ³n de la Conferencia IslĆ”mica, observĆ³ que, “hoy los judĆ­os gobiernan el mundo a travĆ©s de sustitutos; logran que otros peleen y mueran por ellos”.

Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar de manera dramĆ”tica hace unos dos aƱos cuando Rusia (y China) se pudieron firmes, reflejando asĆ­ el fastidio del mundo entero antes la belicosidad de los “Cuatro Jinetes”

En verdad, Rusia particularmente, trazĆ³ una “lĆ­nea roja” que pocos se atreverĆ”n a cruzar, pues contrariamente a las anteriores “lĆ­neas rojas” que amenazaron a Iraq, AfganistĆ”n y Libia, esta vez el desafĆ­o es para Estados Unidos y sus aliados.

Eso es lo que ocurriĆ³ hace un aƱo cuando el presidente ruso Vladimir Putin finalmente trazĆ³ su propia lĆ­nea roja ante EEUU, Reino Unido, la UniĆ³n Europea e Israel, en el momento mĆ”s crĆ­tico de la crisis de Siria. Putin no vacilĆ³ ni pestaƱeĆ³… Obama sĆ­. Y desde entonces los poderosos vienen presionando a la Casa Blanca con creciente fuerza.

ĀæQuĆ© es lo que los dueƱos del poder global realmente quieren?

Claramente, el Sr. Putin y su equipo de gobierno vienen ganĆ”ndole varias movidas en el gran tablero geopolĆ­tico mundial a los occidentales, logrando neutralizar repetidamente los esfuerzos de la Elite de fabricar alguna excusa ā€“ cualquier excusa ā€“ para lanzar una guerra total contra IrĆ”n y Siria e ā€“ incluso ā€“ alguna guerra (Āæparcial?) contra Rusia (y China).

Desde ya que siempre les queda la opciĆ³n de ingenierizar algĆŗn complejo operativo de “Bandera Falsa” ā€“ y puede que alguno muy grande estĆ© siendo armado en este preciso momento ā€“ pero tambiĆ©n esta opciĆ³n les resulta cada vez mĆ”s difĆ­cil de vender, y cuando lo logran, su “vida Ćŗtil” para usarla (geo)polĆ­ticamente es cada vez mĆ”s y mĆ”s breve.

Desde que a mediados del 2006 las fuerzas armadas israelĆ­es fueron derrotadas en el sur del LĆ­bano por Hezbollah (financiada, entrenada y armada por IrĆ”n), Israel, EEUU y el Reino Unido no pierden oportunidad para amenazar a IrĆ”n con un ataque militar unilateral… pero jamĆ”s lograron llevarlo a la prĆ”ctica gracias a Rusia.

Si el aƱo pasado Rusia trazo una lƭnea roja ante las potencias occidentales en el caso de Siria, este aƱo lo viene haciendo en torno a Ucrania, que estƔ mucho mƔs cerca de su propio territorio.

Mas Ć©stos no son casos ni crisis aislados. Forman parte de un juego (Āæfinal?) mucho mĆ”s vasto que se viene desplegando a nivel global, y que incluye algo bĆ”sicamente inaceptable para Rusia: la supuesta base de defensa anti-misilĆ­stica que la OTAN instalĆ³ en Polonia que claramente apunta a Rusia y sus aliados

TambiĆ©n en julio pasado, los paĆ­ses BRICS – Brasil, Rusia, India, China y SudƁfrica ā€“ se reunieron en una cumbre en Brasil durante la cual tomaron la decisiĆ³n muy concreta de empezar a construir una arquitectura financiera global alternativa, con la creaciĆ³n de instituciones financieras fuertes no alineadas con los mega-banqueros usureros.

Esto representĆ³ un gran desafĆ­o y amenaza directa al Fondo Monetario International y al Banco Mundial, y conforma una suerte de daga apuntada al muy debilitado y fĆ”cil de desequilibrar sistema financiero occidental.

Mientras tanto, en el enrarecido clima econĆ³mico mundial, las sanciones impuestas por EEUU, Reino Unido y la UE contra Rusia tienen poco efecto y parecen chirles; casi ridĆ­culas.

ĀæQuĆ© “sanciones econĆ³micas” se le pueden imponer a un paĆ­s como Rusia que tiene el mayor territorio del planeta (17 millones de kilĆ³metros cuadrados: una novena parte de la superficie terrestre del planeta), la mayor reserva de petrĆ³leo del mundo, vastas llanuras para alimentar a su pueblo, y mĆ”s gas del que podrĆ­an quemar en un siglo (junto con la posibilidad inmediata de cerrar la vĆ”lvula del gasoducto que mantiene a los europeos calefaccionados durante el invierno, con lo que fĆ”cilmente podrĆ­a dejar que el 80% de los paĆ­ses de la OTAN se congelaran, si asĆ­ lo quisiera).

Agreguemos a ello los 144 millones de talentosos y creativos ciudadanos rusos que se encuentran bien distribuidos a lo largo y a lo ancho de su territorio, y comprenderemos que en la prƔctica, Rusia es una Potencia Fortaleza EuroasiƔtica, Nuclear y Soberana.

Agreguemos a ello el hecho de que mientras los estadounidenses han devenido en pueblo un tanto fofo, sobreprotegido y autocomplaciente luego de setenta aƱos de “materialismo capitalista parasitario”, los rusos en comparaciĆ³n han sufrido mucho en estas dĆ©cadas: la segunda guerra mundial, el comunismo, el colapso de los aƱos noventa…

El sufrimiento fortalece el carĆ”cter de los pueblos, y esto parece verificarse en el hecho que una abrumadora mayorĆ­a de rusos lĆŗcidos y despiertos repetidamente vienen votando por Vladimir Putin; Ā”hoy su nivel de popularidad es altĆ­simo! Claramente, nadie querrĆ” meterse en problemas con alguien de su calibre…

Pero, cuando hablamos de huesos a los perros y de guerra a los belicosos, Ā”los tendremos a ambos aullando y mostrando los dientes!

De manera que el mensaje entre lĆ­neas que se escucha venir desde Washington, Londres y Tel-Aviv es peligrosamente claro: “Maldito sea: Ā”Vladimir no nos deja tener nuestra guerra!!”

Ā”Piensen dos veces antes de saltar!

Estos “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” harĆ­an bien, sin embargo, en cuidarse en lo que vayan a hacer.

Una cosa fue hacerle la guerra a JapĆ³n y Alemania con sus pequeƱos territorios y apretadas poblaciones; o atacar a paĆ­ses mucho mĆ”s dĆ©biles militarmente como Irak, Libia y Afganistan; o bombardear a los explosivos Balcanes.

A su vez, la “patria de los libres y valientes” norteamericanos tampoco debiera vanagloriarse de haberle hecho la guerra a PanamĆ” y Granada, o en los campos de muerte de Vietnam.

Asƭ que muchachos: si deciden amenazar con sus espadas a Rusia, mƔs vale que piensen dos veces antes de pegar un salto del que podrƭan arrepentirse. Un pequeƱo consejo: lean sus libros de historia.

Revisen lo que le ocurriĆ³ al gran NapoleĆ³n Bonaparte y su Grand ArmĆ©e cuando entraron de prepo en el Gran Imperio Ruso a principios del siglo XIX .

MĆ”s recientemente, miren lo que le pasĆ³ al Tercer Reich alemĆ”n: el 1941 la operaciĆ³n Barbaroja condujo a la Wehrmacht a penetrar profundamente dentro de la UniĆ³n SoviĆ©tica llegando en 1944 hasta las puertas de Stalingrado, Leningrado y MoscĆŗ; y miren lo que pasĆ³ despuĆ©s…!

Los estadounidenses harĆ”n bien en aprender un poco de la historia: meterse con Rusia no es juego de niƱos; Ā”es una partida seria de geopolĆ­tica!

De manera que debieran abandonar las trasnochadas estrategias de ideĆ³logos de la ComisiĆ³n Trilateral como Zbigniew Brzezinski y Samuel Huntington que siempre odiaron a Rusia. Mejor re-lean las verdades estratĆ©gicas del geopolĆ­tico britĆ”nico Sir Halford Mackinder quien en su obra “Los ideales democrĆ”ticos y la realidad: un estudio en la polĆ­tica de reconstrucciĆ³n” publicada al finalizar la primera guerra mundial dijo sobre Rusia.

“QuiĆ©n controle a Europa Oriental, controla el CorazĆ³n del mundo; quien controle el CorazĆ³n del Mundo controla la Isla del Mundo; quien controle la Isla del Mundo, contra a todo el mundo.”

Si extrapolamos estas verdades de MacKinder, veremos que su “Isla del Mundo” es Eurasia desde dĆ³nde podrĆ” regirse todo el planeta; el “CorazĆ³n del Mundo” a su vez es el centro geopolĆ­tico de la Isla del Mundo y se ubica en “Europa Oriental” que es controlada desde MoscĆŗ.

ĀæDĆ³nde quedan entonces Washington, Nueva York, Londres, Frankfurt y Tel Aviv en este orden de cosas?

Durante muchas dĆ©cadas los mejores jugadores de ajedrez han sido rusos. Los norteamericanos en cambio juegan al pĆ³ker que es un juego de trampas, engaƱos y mentiras.

El ajedrez, sin embargo, es un juego de estrategia y previsiĆ³n: nada de engaƱos y mentiras, nada de volverse atrĆ”s, nada de “ĀæPuedo deshacer mi Ćŗltima jugadita…?”

Claramente, vivimos en tiempos peligrosos.