Se refiere esta línea a la vida en general, y se marcan en ella casi todas las enfermedades.

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El individuo que tenga larga vida, ha de tener esta línea marcada y muy bien fijada. Para prejuzgar una vida corta, no importa tanto la longitud de esta línea, como las rayas que la crucen o las interrupciones que pudiera tener. Si la línea se marca débilmente, hay debilidad. Puede prolongarse o acortarse, según el cuidado que se lleve en la vida. Si es corta en ambas manos, la vida también lo será. Si fuese corta en la derecha y larga en la izquierda, habría que temer enfermedades graves.

Cuando se encuentra interrumpida repentinamente, indica una muerte pronta. También las ramificaciones son una señal nefasta. Los puntos rojos ponen la vida en peligro o son señales de operaciones sufridas y heridas. Los puntos obscuros, enfermedades febriles. Las cruces y las estrellas en dicha línea denotan peligro de muerte. Los pequeños círculos, peligro de ceguera. Las islas, cuya forma se indica en el dibujo, de cáncer. Un médico alemán llegó a comprobar esta señal en 5.000 cancerosos, y yo mismo he constatado un noventa por ciento de casos. Cuando la Línea de la Vida se une con la de la Cabeza y Corazón, puede pronosticarse una muerte pronta y rápida. Si concluye la Línea de la Vida con alguna ramificación en el Monte Lunar, o sea, en el abultamiento de la región hipotenar, hay en las mujeres alguna afección en los ovarios.

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Cuando la Línea de la Vida es delgada en el comienzo y avanza engrosando, indica que en nuestra juventud gozaremos de peor salud que en nuestra vejez o segunda parte de nuestra vida; por el contrario, si al principio es clara y marcada, y, conforme avanza hacia el brazo, se adelgaza y debilita, señala una vejez enfermiza. En caso de variaciones semejantes, puede apreciarse aproximadamente el tiempo en que han de verificarse, teniendo en cuenta que puede tomarse un milímetro por año; de modo que si a los tres decímetros de nacimiento, comienza a debilitarse, puede pronosticarse que alrededor de los treinta años empezara, la fuerza vital a decaer. La Línea de la Vida viene a tener en la mayor parte de los individuos sanos y normales, unos ocho centímetros, lo cual viene a representar unos ochenta años.

No debe darse tanta importancia a la línea de la Vida, si no está también indicado el largo en las otras líneas, según se ve en la figura presente.

La palidez en esta línea, indica siempre anemia. Si es de tinte azul, circulación lenta, y, por lo tanto, debilidad cardiaca. La coloración es amarillenta, en enfermedad del hígado, y la tienen además los que han sido contagiados de gonorrea.

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Como ya hemos indicado, la longitud de la Línea de la Vida no es una señal inequívoca de la longitud de la vida. Puede, por ejemplo, suceder que esta línea sea corta, mientras que la del Corazón, la de la Cabeza y la del Hígado estén claras y bien marcadas; pudiendo, por lo tanto, el concurso de estas tres, suplir la insuficiencia de aquélla. Puede ser, por el contrario, que la Línea de la Vida sea larga y clara, pero que las demás estén flacas y con signos nefastos; en este caso, la vida del individuo no podría mantenerse largo tiempo, pudiéndose entonces pronosticar una muerte prematura. Un experto quirólogo no se ha de dar por seguro si no tiene. tres signos concurrentes, por lo menos. Puede, sin embargo, decirse que una Línea de la Vida corta, es, por lo común, señal de corta vida.

Téngase en cuenta que las enfermedades que pueden afectar a un órgano particularmente, o estar localizadas en él, como, por ejemplo, el cáncer, deben tener otra señal en la parte de la mano correspondiente al órgano. Por lo tanto, si en la Línea de la Vida aparece una isla, debe buscarse otra señal semejante en alguna de las regiones correspondientes a los órganos. Supongamos, por ejemplo, que apareciese otra isla en el campo del Estómago; podríamos entonces asegurar que el cáncer se encontraba localizado en esta víscera; y si la segunda isla se encontrase en el llamado Cinturón de Venus, debería diagnosticarse un cáncer en el útero o en el hígado, según la forma de la uña.

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