Los estudios científicos indican que un consumo abundante de verduras está relacionado con una incidencia menor de
cáncer.
Las vitaminas son sustancias orgánicas, de naturaleza y composición variada.

Imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos.

No aportan energía, ya que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación.

Normalmente se utilizan en el interior de las células como antecesoras de las coenzimas, a partir de las cuales se elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que viven las células.

Su efecto consiste en ayudar a convertir los alimentos en energía. La ingestión de cantidades extras de vitaminas no eleva la capacidad física, salvo en el caso de existir un déficit vitamínico (debido, por ejemplo, a un régimen de comidas desequilibrado y a la fatiga).

Entonces se puede mejorar dicha capacidad ingiriendo cantidades extras de vitaminas. Las necesidades vitamínicas varían según las especies, con la edad y con la actividad.

En este efecto protector desempeñan un papel las vitaminas y los minerales (sobretodo vitamina A en forma
de betacaroteno, vitamina B6, ácido fólico, magnesio, hierro y potasio), pero se debe especialmente a los llamados fitoquímicos, sustancias relacionadas con la eficacia del sistema inmunitario.

Salud

• Previenen todos los tipos de cáncer porque estimulan el funcionamiento del sistema inmunitario.

• Ayudan a regular el flujo de estrógenos, lo que reduce el fiesgo de sufrir cáncer de mama.

• Bajan el colesterol y reducen la tensión arterial.