trotsky-4En febrero de 1921, los obreros en Petrogrado y los marineros en Kronstadt habĆ­an tenido suficiente. Varias huelgas estallaron en Petrogrado el 22 de febrero. Los obreros ya no querĆ­an guardias comunistas en las fĆ”bricas. La direcciĆ³n comunista tambiĆ©n habĆ­a cortado la raciĆ³n de pan a un tercio (los obreros de la industria pesada recibĆ­an 800 gramos por dĆ­a, los obreros normales 600 gramos). Los sueldos habĆ­an bajado a una dĆ©cima parte de lo que ellos recibĆ­an antes que los Bolcheviques tomaran el poder y la proporciĆ³n de inflaciĆ³n era catastrĆ³fica.

Los obreros que furtivamente habƭan pasado los bloqueos de control y dejado los pueblos hacia los campos para encontrar alimentos fueron arrestados o simplemente ejecutados de un tiro, ya que las fƔbricas eran gobernadas por la disciplina militar.

Trotsky tambiĆ©n habĆ­a introducido el sistema Taylor norteamericano (llamado asĆ­ por el economista norteamericano FrĆ©dĆ©ric Winslow Taylor, nacido en Germantown, 1856, muriĆ³ en 1915) quĆ© transformĆ³ a los obreros en robots. LenĆ­n estaba fascinado con este sistema.

La direcciĆ³n Bolchevique comenzĆ³ a ejecutar a los obreros en huelga como desertores.

Muchos fueron arrestados. Los problemas tambiĆ©n emergieron en MoscĆŗ. Los manifestantes exigĆ­an, entre otras cosas: “Abajo los judĆ­os comunistas! ” (Harrison E. Salisbury, “De Ryska Rrevolutionerna”/ “La RevoluciĆ³n Rusas”, Estocolmo, 1979, pĆ”g. 234.) Los obreros tambiĆ©n levantaron la demanda de la renuncia inmediata de LenĆ­n y quisieron establecer una Asamblea Constituyente.

Como las amenazas contra los judĆ­os comunistas se volviĆ³ cada vez mĆ”s ruidosa por todas partes, el agresivo lĆ­der judĆ­o, Mikhail Lashevich llamĆ³ a los obreros defraudados en huelga “sanguijuelas que estĆ”n intentando practicar extorsiĆ³n“.

Los lĆ­deres comunistas judĆ­os se aterraron cuando los marineros en Kronstadt se pusieron al lado de los obreros. En una reuniĆ³n el 1Āŗ de marzo, los marineros declararon su disgusto con la secciĆ³n polĆ­tica de la Flota BĆ”ltica.

Ellos acostumbraban a elegir a sus propios Comandantes y se oponĆ­an a la disciplina ciega que los traficantes del poder comunistas requerĆ­an de ellos.

Los marineros del acorazado Petropavlovsk apoyaron las protestas de los obreros contra la terrible opresiĆ³n y presentaron su propio programa de 15 puntos, en que ellos, entre otras cosas, demandaban nuevas elecciones secretas con emisiĆ³n de votos para los Soviets, ya que “los actuales Soviets no representan el sentir de los obreros y campesinos“, pedĆ­an tambiĆ©n libertad de discurso, libertad de organizaciĆ³n, la liberaciĆ³n de todos los prisioneros polĆ­ticos socialistas, la aboliciĆ³n de los comisarios y el fin a la supremacĆ­a del Partido Comunista.

La resoluciĆ³n tambiĆ©n exigĆ­a el derecho de los obreros y campesinos a trabajar por cuenta propia con tal de que ellos no emplearan a nadie mĆ”s y que todos los judĆ­os debĆ­an ser sacados de los altos puestos. La Ćŗltima demanda era la mĆ”s importante, segĆŗn Alejandro Berkman. 15.000 marineros y obreros apoyaron esta resoluciĆ³n. La resoluciĆ³n condenaba total y absolutamente al gobierno comunista.

Los bolcheviques judĆ­os estaban asustados, pero no deseaban consentir ni siquiera a la menor de estas demandas – el levantamiento de los guardias comunistas de puestos de control en los caminos y de las fĆ”bricas y la introducciĆ³n del racionamiento igualitario. En cambio, los lĆ­deres intentaron hacer que los marineros retiraran totalmente la resoluciĆ³n. Era imposible. Los marineros gritaban: “Ā”Preferimos morir que rendirnos!” Entonces los Politruks amenazaron que “El Partido no abandonarĆ” el poder sin lucha.” El Camarada Primero Perichenko del Petropavlovsk que era el lĆ­der de la rebeliĆ³n tenĆ­a a la Ć©lite del Partido comunista local encarcelada desde principios de marzo. Todos los puntos estratĆ©gicos estaban ocupados.

Entre los rebeldes habĆ­a Social DemĆ³cratas, tambiĆ©n Bolcheviques rusos, anarquistas, sindicalistas, Social Revolucionarios y varios otros grupos izquierdistas que querĆ­an librarse del control comunista judĆ­o de la “revoluciĆ³n.” El 6 de marzo LeĆ³n Trotsky estaba enfurecido. Al principio querĆ­a usar gases venenosos contra los rebeldes, gas que habĆ­a adquirido rĆ”pidamente en el extranjero.

Luego dijo que todos aquellos que demandaban libertad de discurso, prensa libre y sindicatos libres debĆ­an ser tiroteados “como patos en un estanque” o “como perros“.

OrdenĆ³ que los rebeldes se rindieran. Estos se negaron.

El 7 de marzo, el EjĆ©rcito Rojo abriĆ³ el fuego con artillerĆ­a y atacĆ³ Kronstadt desde el aire. El regimiento 561 de infanterĆ­a atacĆ³ por el hielo el 8 de marzo. Los hielos cedieron en varios lugares y cientos de soldados se ahogaron. Casi todos en el segundo batallĆ³n, se entregĆ³ mĆ”s tarde a los rebeldes. Las unidades del EjĆ©rcito Rojo se negaban a atacar a los marineros.

Entonces, nuevas tropas fieles fueron llamadas; 60.000 Guardias Rojos escogidos.

El 18 de marzo (el dĆ­a de la Ayuda Roja), el 7mo Regimiento bajo el mando de Mikhail Tukhachevsky atacĆ³ la guarniciĆ³n de 16.000 hombres. Los marineros fueron hechos retroceder; fuerte tras fuerte y luego calle tras calle. Finalmente, sĆ³lo aproximadamente cien marineros vanamente intentaban sostener una Ćŗltima defensa junto al faro Tolbukhin.

Tukhachevsky dijo despuĆ©s que nunca habĆ­a visto algo como la carnicerĆ­a experimentada en Kronstadt. “No fue ninguna batalla normal“, explicĆ³, “era un infierno.

Los marineros lucharon como bestias salvajes. No puedo entender de dĆ³nde sacaron la fuerza para su furia. Cada casa tuvo que ser tomada por asalto.” La revuelta fue aplastada el 21 de marzo. Cerca de 1000 marineros fueron asesinados, se tomaron 2500 prisioneros. Los Guardias Rojos perdieron a 10.000 hombres. La mayorĆ­a de los rebeldes logrĆ³ escapar con sus familias por el Golfo de Finlandia a Terijoki y en el futuro terminaron en Helsinki.

Finlandia fue obligada a extraditarlos en 1945, 24 aƱos despuƩs.

La mayorĆ­a de aquellos capturados fueron ejecutados implacablemente por orden de Trotsky. Un total de 30.000 personas fueron ejecutadas en esta horrible carnicerĆ­a. La declaraciĆ³n oficial fue: ā€œSe impusieron severas sentencias proletarias sobre todos los traidores a la causa“. Solamente ahora se ha revelado que Trotsky dirigiĆ³ personalmente las ejecuciones masivas de los marineros, de sus familias y de otros involucrados.Ā (Dagens Nyheter, 25 de noviembre de 1993.) El anarquista judĆ­o Alexander Berkman que provenĆ­a de los Estados Unidos de NorteamĆ©rica visitĆ³ Kronstadt despuĆ©s de ataque. EscribiĆ³ en su diario: “Kronstadt ha caĆ­do. Miles de cadĆ”veres de marineros yacen en las calles. La ejecuciĆ³n de prisioneros continĆŗa.” Trotsky habĆ­a por esto definitivamente manchado sus manos con la sangre de los marineros y obreros. En recuerdo del 50 aniversario de la Comuna de ParĆ­s y la victoria sobre Kronstadt, habĆ­a ordenado tocar “La Internacional”, el infame himno de los socialistas-comunistas.

Kronstadt fue el clĆ­max del terror Leninista. Ambos, LenĆ­n y Trotsky fueron estremecidos por la RebeliĆ³n. LenĆ­n estaba muy contento con la contribuciĆ³n del arrogante Trotsky. Los dos creyeron, sin embargo, que los rusos necesitaban un perĆ­odo mĆ”s tranquilo despuĆ©s de toda la terrible matanza que habĆ­an estado llevando a cabo firmemente durante varios aƱos. Los Chekistas habĆ­an usado cada excusa imaginable para matar.

En el pueblo de Bryansk, la pena de muerte se introdujo por embriaguez, en Vyatka por “estar al aire libre despuĆ©s de 20:00 horas”, en otras Ć”reas por robo. Los prisioneros eran llevados a sĆ³tanos de ejecuciĆ³n, debĆ­an desnudarse, de pie contra una pared y eran fusilados por una pequeƱa escuadra armada con pistolas.

Un Chekista con un carro de mano quitaba los cadĆ”veres que eran entonces removidos como cadĆ”veres animales y dejaron caer a travĆ©s de una trampa a un camiĆ³n que esperaba. Entonces llevaban a mĆ”s prisioneros y el procedimiento era repetido.

En Petrogrado, el lĆ­der del Soviet, Grigori Zinoviev demandĆ³ en un discurso que los habitantes de Rusia que no pudieran ser ganados para la causa del Comunismo debĆ­an ser liquidados. (Det Basta, No. 2, 1968, pĆ”g. 136.) En otros tĆ©rminos, Rusia estaba ocupada por un grupo de gĆ”ngsteres judĆ­os quienes mĆ”s tarde tambiĆ©n lucharĆ­an entre ellos mismos. En el futuro, mĆ”s de un millĆ³n de judĆ­os muriĆ³ de esta forma.

El Profesor Israel Shahak enfatizĆ³ en su valioso libro “La historia JudĆ­a, la ReligiĆ³n JudĆ­a – El Peso de Tres Mil AƱos” (Londres, 1994) que los judĆ­os fanĆ”ticos siempre han intentado seguir las instrucciones segĆŗn las cuales ellos deben matar a todos los “traidores” de sangre judĆ­a – aquellos que no acepten sus propios puntos de vista extremos. Esto fue una vez mĆ”s confirmado por el asesinato de Yitzhak Rabin el 4 de noviembre de 1995.

Esos grupos extremistas judĆ­os fueron los peores enemigos de todas las personas sensatas (incluyendo a los judĆ­os civilizados) en Rusia. Estos criminales no deberĆ­an ser despreciados y odiados, aĆŗn ahora despuĆ©s de los eventos, ya que desde un punto de vista espiritual, ellos fueron simplemente los portadores de ideas muy primitivas y destructivas. El odio no lleva a ninguna parte. Esos criminales demostraron la verdad de esto por sĆ­ mismo.

Para aliviar la opresiĆ³n y que la economĆ­a en el suelo pudiera ponerse de pie nuevamente, Trotsky y LenĆ­n estaban de acuerdo en permitir negocios privados, limitados temporalmente. SegĆŗn el historiador ruso Viktor Nanolov, fue Trotsky quiĆ©n aboliĆ³ su propia economĆ­a militar y diseĆ±Ć³ los planes para la NEP – la Nueva PolĆ­tica EconĆ³mica. Era una polĆ­tica hĆ”bil – primero el severo Comunismo de Guerra, luego la NEP con una abundancia de pan para conseguir que el rĆ©gimen soviĆ©tico fuese aceptado…

Por supuesto, los judĆ­os se aprovecharon de la situaciĆ³n que se presentĆ³ durante el perĆ­odo de la NEP. En 1924, un tercio de todas las tiendas de comercio en Rusia estaba en manos de los judĆ­os (“Enciclopedia judĆ­a Universal”, “RevoluciĆ³n del Pueblo”).

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