Los Bolcheviques de los rangos inferiores estaban muy ávidos de tomar el poder lo más pronto posible. ¡Trotsky y Lenín creían que el tiempo astrológico no era todavía el correcto! Algunos líderes bolcheviques, sin embargo, comenzaron a actuar el 3 (16) de julio. Trotsky agitaba para refrenar a los Guardias Rojos. Pronunció un discurso delante del Palacio Tauridian dónde dijo directamente: “¡Vayan a casa! Tranquilícese!” La situación sin embargo explotó el 4 (17) de julio. Los intentos para un golpe de estado estaban en movimiento. Al mismo tiempo, los alemanes lanzaron una nueva ofensiva en el frente. El Príncipe Lvov y su gobierno estaban casi listos para dejar sus puestos.
Era realmente demasiado pronto. Los francmasones hicieron un desesperado intento por detener este desarrollo. Ellos habían entregado material sensible a las autoridades rusas. El 4 (17) de julio, el agregado francés Pierre Laurent había visitado al Coronel Boris Nikitin, entonces Jefe del Servicio Secreto ruso. (H. Bjorkegren, “Ryska posten”, Estocolmo, 1985, pág. 262.) Le entregó a Nikitin copias de 29 telegramas de Lenín, Ganetsky, Kollontay, Sumenson, Kozlovsky y Zinoviev y tres cartas a Lenín.
Todo este material era muy revelador.
La información fue filtrada de inmediato a los periódicos por las fuerzas patrióticas. Los rumores que la prensa de Petrogrado iba a publicar artículos reveladores sobre Lenín, Zinoviev y Trotsky comenzaron a circular en la misma tarde.
Zinoviev mas tarde afirmó que Lenín había discutido el asunto de la toma del poder en el Palacio Tauridian el 3 (16) de julio. Esto era incorrecto, ya que Lenín estaba entonces en la villa Bonch-Bruyevich en Finlandia, y sólo retornó el 4 (17) de julio.
(Mikhail Heller y Alejandro Nekrich, “La Utopía en el Poder”, Londres, 1986, pág. 30.) Los líderes bolcheviques estaban angustiados y comenzaron a trabajar más activamente.
Ya nadie tenía más tiempo para planificar el golpe.
Stalin persuadió a Nikolai Chekheidze para que telefoneara a las redacciones de los periódicos y prohibiera la publicación de esos documentos sensibles. Stalin entendió, así como los otros líderes Bolcheviques, que el descubrimiento de esa información también dañaría a los Bolcheviques a largo plazo.
Incluso el Gobierno Provisional quiso barrer todo el asunto bajo la alfombra. Ellos no quisieron tomar alguna medida.
Había un periódico pequeño, “La Palabra Viviente” que ignoró la prohibición y publicó el artículo de los Social-Revolucionarios, Grigori Alexinsky y Vasili Pankratov, sobre el financiamiento alemán del Partido de Lenín el 5 (18) de julio. Ésa fue otra de las razones por la que Lenín comenzó a odiar a la facción derechista de los Social- Revolucionarios.
En su artículo, los autores presentaron varias citas de esos documentos que mostraban que el líder Bolchevique, Vladimir Lenin, había recibido dinero para su campaña de agitación de los alemanes a través de un cierto Sr. Svensson que trabajaba en la Embajada alemana en Estocolmo.
Lenín había recibido dinero e instrucciones de personas fiables tal como Jakub Furstenberg alias Yakov Ganetsky y de Alexander Parvus en Estocolmo y en Petrogrado de la judía Yevgenia (Dora) Sumenson (en la realidad Simmons) que era familiar de Ganetsky. Ella trabajaba en la empresa de Fabian Klingsland en Petrogrado y había vivido en Suecia y había hecho viajes de negocios a Dinamarca durante la guerra. Ella también trabajaba con especulaciones en la bolsa de valores.
El dinero alemán fue transferido desde el Banco Imperial alemán en Berlín vía el Nya Banken en Estocolmo al Banco de Siberia en Petrogrado. Todo esto según Hans Bjorkegren.
Otro que recibió este dinero alemán fue el abogado judío Bolchevique Mieczyslaw Kozlowski de Polonia. Él estaba en contacto permanente con Alexander Parvus y Jakub Fiirstenberg.
El Banco Imperial alemán tenía, según la orden 7433 del 2 de marzo, cuentas abiertas para Lenín, Trotsky, Ganetsky, Kollontay, Kozlovsky (Kozlowski), Sumenson y otros Bolcheviques importantes. No sólo Lenín estaba envuelto en los turbios traslados financieros, sino también Trotsky, Zinoviev, Sverdlov, Dzerzhinsky, Kollontay, Josef (Isidor) Steinberg, Volodarsky, Ganetsky, Kozlowski, Radek, Uritsky, Menzhinsky, Yoffe y un par más.
En el mismo día, el 5(18) de julio, Pavel Pereverzev, Ministro de Justicia, fue hecho la víctima propicia oficial para el hecho que estos documentos secretos se hubiesen filtrado a la prensa, y fue obligado a renunciar. Se afirmó que el gobierno quiso en un principio, realizar una completa investigación sobre la supuesta alta traición de los Bolcheviques.
El prematuro intento de los Bolcheviques por tomar el poder acabó. Se explica en la colección “La Historia del Partido Comunista de la Unión Soviética” (Moscú, 1959, pág.
218) que los obreros y soldados tenían la fuerza suficiente para derrocar al Gobierno Provisional y tomar el poder en julio, pero que era demasiado pronto.
Por qué era demasiado pronto, eso no es explicado. Es por eso que a los estudiantes se les enseña que lo ocurrido el 3 y 4 (16-17) de julio, fue simplemente una “demostración pacífica de julio”.
El 6 (19) de julio, Lenín publicó un artículo de defensa en el periódico Listok Pravdy dónde furiosamente repudiaba las imputaciones contra él, como una “podrida invención” de la burguesía.
Lenín afirmó que nunca se había reunido con Sumenson y que no tenía nada en común con Kozlowski y Furstenberg. Lenín no era convincente en su falta de verguenza, sin embargo, sus cartas mostraban lo contrario de lo que su artículo dijo. Tampoco pudo explicar de donde obtuvo el dinero para lanzar 17 periódicos diarios diferentes, cuya circulación total sumó 1,4 millones de copias por semana. (Vladimir Lenin, “Collected Works”, Vol. 35, Moscú, pág. 260.) Trotsky intentó sostener que el dinero venía de los obreros. ¿Pero podrían los obreros realmente reunir centenares de miles de rublos todas las semanas sólo para apoyar a los Bolcheviques cuándo había otros Partidos obreros que eran más populares que ellos? Trotsky no convenció a nadie con sus ruidosas mentiras.
El 6 (19) de julio, otros periódicos comenzaron también a publicar los telegramas que informaban los traslados del dinero alemán a los Bolcheviques en Petrogrado bajo varios pretextos inocentes. (David Shub, “Herencia Política rusa”, Nueva York, 1969.) En la biografía oficial de Lenín (pág. 177), todas estas imputaciones son consideradas como un libelo por parte de provocadores.
En la tarde del 6 (19) de julio en el apartamento de Margarita Fofanova, Lenín dijo a Stalin: “Si es confirmado el menor hecho en relación con las transferencias de dinero, sería sumamente ingenuo creer que podríamos evitar sentencias de muerte.” (Akim Arutiunov, “El Fenómeno Vladimir Ulyanov / Lenín”, Moscú, 1992, pág. 73.) Él podría haber creído eso, pero estaba equivocado.
El gobierno supo que Lenín había enviado una carta a Ganetsky y a Radek en Estocolmo el 12 (25) de abril de 1917 en que les decía: “¡He recibido su dinero!“. Que el Gobierno Provisional supo sobre estos asuntos turbios y que tuvo acceso a las cartas confidenciales de Lenín se demuestra en el periódico Proletarskaya Revolyutsya (La Revolución Proletaria) qué, en el otoño de 1923, publicó algunas de las cartas estrictamente confidenciales de Lenín. Él había enviado una de esas cartas desde Petrogrado a Ganetsky en Estocolmo, el 21 de abril (4 de mayo). Allí decía: “El dinero (dos mil) de Kozlowski llegó aquí.” La redacción había obtenido las cartas del Archivo de la Revolución en Petrogrado.
El jefe de ese archivo, N. Sergievsky, relató que las cartas habían sido encontradas en los archivos del Departamento de Justicia del Gobierno Provisional.
Así entonces, el Gobierno Provisional copió todas las cartas de Lenín, supo de sus actividades ilegales e incluso era consciente que Lenín tenía contacto con espía alemán, Georg Slarz, pero no tomó ninguna medida. Al contrario, ellos se confabularon con los Bolcheviques.
N. Sergievsky que envió esas copias al periódico Proletarskaya Revolyutsya sin saber lo que ellas contenían, desapareció sin dejar rastros en 1926. (Akim Arutiunov, “El Fenómeno Vladimir Ulyanov/Lenin”, Moscú, 1992, pág. 73.) La cosa más sensacional fue que el agente del Gobierno Provisional en Estocolmo ayudó a los Bolcheviques a pasar de contrabando parte del dinero alemán hasta Petrogrado en el maletín de un mensajero. (H. Bjorkegren, “Ryska posten”, Estocolmo, 1985, pág. 137.) Esto fue evidente a partir de la correspondencia de Lenín con Ganetsky- Fiirstenberg. Todos esto fue sumamente vergonzoso para el Gobierno Provisional.
Ganetsky-Fiirstenberg estaba camino a Petrograd desde Estocolmo con importantes documentos partidarios justo antes de las revelaciones. Supo del escándalo en Haparanda y canceló su viaje. Se quedó al principio en Haparanda, luego se volvió a Estocolmo para estar en el lado seguro. Su representante, Solomon Chakowicz, un judío polaco, se quedó en Haparanda con su equipaje. El agregado militar francés Pierre Laurent envió a un agente a Haparanda a robar el equipaje de Furstenberg. Si él tuvo éxito o no, es algo aún no revelado.
Parvus desapareció rápidamente de Copenhague y se volvió de nuevo a Suiza al comienzo de este escándalo. Nunca contestó los telegramas de Radek y Furstenberg dónde ellos le pedían que negara las imputaciones. Prefirió quedarse callado.
Por supuesto, Parvus estaba asustado. Quizás temía que se revelara información sobre su rol en el golpe de febrero en relación con las transferencias de dinero. Después, sin embargo, afirmó que había tirado muchos de los hilos mientras vivía en Stureplan, Estocolmo Central y que los problemas habían sido provocados.
Debido a la prueba concreta contra Lenín, el fiscal principal no tuvo ninguna otra opción sino comenzar una investigación sobre su actividad. Durante la investigación se reveló que había 180.000 rublos en la cuenta bancaria de Yevgenia Sumenson y que otros 750.000 rublos habían sido exitosamente transferidos durante un período de seis meses desde el Nya Banken en Estocolmo. (A. Karayev, “Lenín”.) En un telegrama de Sumenson se lee: “el Nya Banken ha enviado otros 100.000”. Ella había recibido antes un total de más de dos millones. Mucho más dinero se había transferido a la cuenta del abogado Kozlowski – 1.3 millones mensuales.
No existía otra posibilidad – Lenín fue acusado de traición a su patria y de espionaje. El 7 (20) de julio, el Gobierno Provisional redactó una orden de arresto para Lenín, Grigori Zinoviev y León Kamenev (Rosenfeld). El último era jefe de redacción de Pravda (la Verdad). Una orden legal fue también emitida.
Los diarios burgueses como los Social-revolucionarios exigieron que debían probarse las imputaciones contra Lenín en la corte. Al mismo tiempo, el nombre de Alexander Parvus también apareció en la prensa.
Había que algunos bolcheviques que pensaron que Lenín podría aclarar su nombre de estas serias imputaciones delante de una corte y por consiguiente deseaban verlo en un juicio. Stalin y Ordzhonikidze estaban decididamente contra esto.
El Ministro para la Guerra y los Asuntos navales, Alejandro Kerensky, (1881 – 1970), salió adelante el 8 (21) de julio (había estado justo visitando el frente) y tomó el puesto del Primer Ministro para resolver este conflicto con “medios pacíficos”, tal como fue la frase.
El 9 (22) de julio a las 11 horas en la noche, Lenín dejó Petrogrado junto con Zinoviev. Deseaba evitar el riesgo de ser descubierto como agente alemán. Lenín se había quedado en el piso de María Sulimova y no con Sergei Alliluyev, como se afirmó oficialmente. Joseph Stalin y Sergei Alliluyev acompañaron a Lenín hasta las afueras del pueblo. Al principio él se quedó en Sestroretsk y después en Razliv. Un mes más tarde, viajó a Jalkala (Finlandia) y finalmente terminó en Helsinki.
La cosa más notable y enigmática fue que nadie buscaba a Lenín, a pesar de la orden de arresto. Nadie quiso arrestarlo, aún cuando, la propaganda soviética posteriormente, afirmó lo contrario.
Alexander Parvus, entretanto, comenzó a publicar rencorosos ataques contra Alexander Kerensky en la prensa alemana. Él también saboteó cualquier posibilidad de paz.
Las negaciones de Lenín, Zinoviev y Kamenev se repitieron en el periódico de Máxim Gorky, Novaya Zhizn el 1º (24) de julio.
El 13 (26) de julio, el Soviet de Petrogrado exigió que Lenín y Zinoviev debían someterse al juicio. Lenín continuó ignorando esas demandas ya que sabía muy bien lo que podría revelarse durante un juicio.
El Bolchevique y francmasón Nikolai Sukhanov (en la realidad Gimmel) sostenía, al igual que muchos de sus camaradas, que Lenín era inocente y no tenía nada que temer de un posible juicio. Lenín tenía miedo de tal investigación.
En septiembre de 1991, la Unión de Abogados en St. Petersburgo exigió que debían investigarse las imputaciones contra Lenín después del evento. Ellos quisieron llevarlo póstumamente a juicio.
El periódico burgués de Pavel Milyukov, ‘Rech’ (Discurso) también acusó a León Trotsky de haber recibido 10.000 dólares para propaganda. Eso fue por qué Trotsky llamó a julio de 1917 “el mes del más gran libelo en la historia del mundo.” La presión de la opinión pública llevó al arresto de León Trotsky y de Anatoli Lunacharsky (en la realidad Bailikh-Mandelstam) el 5 de agosto. Las autoridades también arrestaron Alexandra Kollontay (1872-1952). Finalmente, incluso Mieczyslaw Kozlowski, Leon Kamenev y Yevgenia (Dora) Sumenson fueron arrestados. Esto sólo fue hecho para calmar al público. Todas esas personas fueron acusadas de tener contactos con Alexander Parvus que fue considerado como agente del Kaiser alemán.
El hombre a cargo de la investigación, Alexandrov, reunió suficiente material, ocupando un total de 24 volúmenes. Estos fueron guardados en un archivo especial y estuvieron disponibles a los historiadores sólo después de la caída del Comunismo. Las autoridades nunca consiguieron ir más lejos que esto, a pesar de tener toda la evidencia que era necesaria para probar que las personas acusadas habían colaborado con el enemigo durante tiempos de guerra. Esta evidencia habría sido suficiente para ejecutar a todos aquellos involucrados. Pero las autoridades no tomaron ninguna acción más allá.
El 6to Congreso Bolchevique comenzó el 26 de julio (8 agosto). Algunos de los delegados (Joseph Stalin, Sergo Ordzhonikidze, Nikolai Skrypnik, Nikolai Bukharin) estaban en contra de que Lenín y Zinoviev aparecieran voluntariamente en la corte. V.
Volodarsky estaba entre aquellos que quisieron a Lenín enfrentando un juicio.
Lenín nunca se olvidó de esto y Volodarsky fue asesinado el 20 de junio de 1918, menos de un año después. Lenín decidió vengarse inmediatamente de Volodarsky al oír que él había logrado reunir una enorme fortuna, que debería haber sido propiedad de la dirección del Partido. Lenín había enfatizado siempre que los Bolcheviques nunca deben olvidarse de algo.
Kerensky comenzó a soltar a los Bolcheviques arrestados ya el 17 de agosto.
Kamenev fue el primero en ser liberado.