Cuando una persona tenga sus ideas en orden, tendrá su salud en orden. -M. A.

Así como un hombre piensa en su corazón, así es. –La Biblia

A medida que tu mente se fortalece, la enfermedad se debilita. -M. A.

Nunca enferman las personas que se encuentran acompañadas siempre por nobles pensamientos. -M. A.

El ser humano puede cambiar el rumbo de su salud, si cambia el rumbo de sus pensamientos. -William James

EL PODER DEL PENSAMIENTO
(1a. potencia del saber pensar)

La medicina facultativa considera al hombre como un ser biológico; lo que se puede pesar y medir entre pies y cabeza. En ningún consultorio puede faltar una báscula y un medidor de estatura. Todos esos kilos de huesos y órganos constituyen el campo de trabajo de la medicina.

La AM, sin desconocer la maravillosa biología y los ingentes esfuerzos científicos por comprenderla, considera al hombre como un ser básicamente mental, cuya consecuencia es el cuerpo. Podemos considerar que el ser humano lo constituyen dos entidades, tan estrechamente unidas, que parecen una sola; lo más importante es que, si una de ellas se afecta, trastorna la otra; por el contrario, si una de ellas se beneficia, beneficia la otra.

Lo que es bueno para la mente, es bueno para el cuerpo. Lo que es bueno para el cuerpo, es bueno para la mente.

Reparar un vehículo después de un accidente, y dejar que el conductor herido siga manejando, es un absurdo. Sin embargo, esto es lo que ocurre a diario. El cuerpo del paciente entra al consultorio, pero su alma herida se queda en la sala de espera porque no es atendida. Este hecho, por lo cotidiano y real, no tiene más comentarios.

La AM considera que codas las cosas son producto del pensamiento; se desarrollan en un vasto universo que se llama mente.

El verdadero universo es mental y todo lo que llamamos materia es sólo un reflejo de una realidad que no entendemos, pero que nos vislumbra (ver libro Las leyes ocultas de un universo desconocido).

LOS PENSAMIENTOS SON COSAS

El edificio más alto de la ciudad estuvo primero en el pensamiento del hombre y llegó a solidificarse en el campo físico; si no hubiese estado primero en la mente de una mujer u hombre, no existiría hoy el edificio.

De igual forma todas las enfermedades se desatan en el organismo por un desorden en la manera de pensar; el efecto se puede invertir cambiando la manera de hacerlo. Hace relativamente pocos años que la medicina admitió que algunas enfermedades tenían un carácter psicosomático. Hoy no hay duda de que todas las enfermedades tienen naturaleza psicosomática (mente-cuerpo). Una simple gripa puede entrar solamente porque la persona estaba preocupada. Por tanto, las enfermedades no se deben combatir matando microorganismos solamente, sino cerrándoles las puertas. Así no tendremos que contaminar nuestro organismo con medicamentos químicos.

CUERPO SANO EN MENTE SANA

Consideremos aquí que el pensamiento es una actividad cerebral inducida por la mente. El pensamiento no se puede medir ni pesar en los laboratorios médicos, pero, en cuestiones de salud, constituye la mitad de lo que se puede hacer en la cura de todas las enfermedades. Muchas veces lo incurable está en el no- tratamiento, nada menos, que de esa otra mitad.

Cambia tus pensamientos y tu salud cambiará.

Un dedo se mueve porque el músculo respectivo se contrajo. El músculo se contrajo porque le llegó una corriente nerviosa. La corriente nerviosa actuó porque la emitió el cerebro. El cerebro la emitió porque en la mente orbitó un deseo. La mente produjo el deseo porque tiene el libre albedrío de producirlo. El libre albedrío se produce porque es una cualidad del alma. El alma tiene esa cualidad porque es divina. El alma es divina porque es Una con Dios, que, a la vez, es todo el Universo y todo lo puede. 

LOS PENSAMIENTOS SON FUERZAS

El cuadro anterior sirve para demostrarnos que tenemos el libre albedrío de enfermarnos o aliviarnos. La forma de hacer cualquiera de las dos cosas es utilizando nuestros pensamientos. Aun los latidos del corazón, la digestión y la respiración, que se realizan en apariencia sin nuestro consentimiento, están regidos por centros que a su vez dependen del cerebro y éste depende de la mente que denominan subconsciente, encerrado esto en una complejidad de actos encadenados que escapan a nuestros conocimientos.

Lo importante es que somos dueños de nuestros pensamientos, que a su vez interactúan con el cerebro y controlan todos los procesos del cuerpo, incluyendo al poderoso sistema inmunológico, capaz de acabar, con su fuerza e inteligencia avasallantes, cualquier enfermedad incurable.

MODO DE ALEJAR LA ENFERMEDAD CON EL PENSAMIENTO

Retírate a un lugar tranquilo; relájate, practica por 2 minutos la respiración que aprendiste, cierra los ojos y piensa:

La inteligencia y el poder Divino están en mi pensamiento, los estoy utilizando.

Salud, ven a mí; enfermedad, ¡Aléjate! Es una orden superior.

Siento como mi cuerpo se armoniza. Millones de células defensivas acuden a los sitios dónde hay problemas, alejan sustancias y agentes nocivos, reparan los daños.

Veo y siento cómo mi cuerpo vibra con una nueva energía, deseo sanar, creo que me voy a aliviar, existe una fuerza superior que tiene poder de curar lo que los hombres llaman incurable. Dios está en mí y para Él todas las cosas son posibles. Quien fabricó mi cuerpo tiene la capacidad de curarlo.

Cada vez me lleno de más confianza y siento el deseo de luchar. Esta vez ganaré. La fuerza curativa de mi pensamiento obra en mí. Muchas personas han sido curadas por una fuerza interna; es la misma fuerza que estoy sintiendo, proviene de Dios, está en mí, la agita mi pensamiento elevado y positivo. Todo médico sabe que la enfermedad es desarmonía en el cuerpo. Yo, con estas acciones lo estoy armonizando de nuevo.

Cada vez me siento mejor. Yo sé que cada una de mis células -que son seres pensantes e infinitamente inteligentes-está recibiendo mi mensaje. Se alegran de que su director, o sea “YO”, decidiera apoyarlas en su lucha.

En este momento poseo felicidad. He encontrado un gran poder y lo estoy utilizando debidamente. Siento cómo la energía Divina recorre mis venas, va a los sitios desarreglados y los corrige, repara daños, quita el dolor.

No existen enfermedades incurables, pero sí personas incurables. Yo era una de ellas. ¡Ya soy un paciente fácil! Losremedios, que antes no me obraban, ya me van a producir resultados maravillosos. Mi médico se va a aterrar del cambio.

Los alimentos, que antes no asimilaba correctamente, ya me van a nutrir. Mi cuerpo se refuerza cada vez que adquiere más potencias.

¡Estoy experimentando en mi interior un gran cambio! ¡El bloqueo terminó! Salud… ¡ya puedes entrar, estoy suficientemente preparado!

La mente puede penetrar donde ningún medicamento ha logrado entrar. 

SABIA EXPLICACIÓN 

La Omnipotencia Divina se encuentra en el interior de cada persona y es lo que, a través del pensamiento, obra “milagros” (curaciones increíbles) que muchas veces ocurren de la noche a mañana sin contradecir ninguna ley física. Simplemente quitan el bloqueo mental y físico que impedía al Cuerpo poner las cosas en orden.

Recordemos siempre que nuestro cuerpo es un conglomerado de seres vivos completos e independientes -las células- que se deprimen cuando estamos tristes, se alegran cuando estamos contentos, trabajan en forma incansable y maravillosa, pero necesitan excelente alimento, tanto físico como mental (la medicina descuida lo mental).

¿Qué le pasaría a su perrito o mascota si le continúa dando alimento material pero, de un momento a otro, le niega sus caricias y saludos de aprecio? Simplemente puede morir de tristeza. La persona que quiera curarse de cualquier enfermedad -no importa cuál-, incluyendo el SIDA, lepra o cáncer, le doy consejo que no es mío sino que proviene de lo alto y hasta ahora nadie lo ha dicho. ¿Cuál es ese secreto tan maravilloso para aplicarlo inmediatamente?

Muy sencillo: “Trata a cada una de tus células como si fuesen tus mascotas”. No sólo les des alimento físico sino mental, tan amoroso como te sea posible, tan positivo que todos esos seres diminutos pero poderosos que conforman tu cuerpo vuelvan a sentir el deseo de vivir. Para ellos, con el aliento que tú les infundas, les quedará fácil poner la casa en orden, cosa que puede ser imposible para el mejor médico.

Todos somos sanadores por excelencia. Contamos con los mejores medicamentos: la Omnipotencia Infinita que se activa por medio de nuestros pensamientos positivos y amorosos.

Recuerda que la A.M. garantiza que, cumplida la doceava potencia a cabalidad, se produce un gran “milagro científico”. La enfermedad desaparece espontáneamente. Lo anterior no quiere decir que se prescinda del médico en ningún momento. Se debe confiar en él y cumplir atentamente con sus recomendaciones las cuales, en ningún momento, pueden estar en desacuerdo con la Antemedicina, pues, como se ha visto, lo que hace la AM es potencializar el proceso de curación.

Anótate la primera potencia del saber pensar: “el pensamiento positivo y amoroso.” 

Cualquier movimiento bueno en el mundo mental deja huellas saludables en el cuerpo físico. 

Nuestras células entienden el mundo que las rodea y se comunican entre sí con mayor fluidez e inteligencia que la mejor comunicación lograda por una junta de especialistas, y con un sistema más complejo, rápido y efectivo que el utilizado para la intercambio de datos que se realiza por Internet. 

La Antemedicina define al cuerpo como una sociedad de células inteligentes y organizadas que se especializan para realizar diferentes labores en beneficio mutuo. Estos billones de células tienen un solo mandatario: ¡Tú!

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