El mejor secuaz de Stalin fue Lazar Kaganovich. Nació el 22 de noviembre de 1893 en el pueblo de Kabany en la provincia de Kiev, según los documentos del Partido. Su fecha oficial de nacimiento se cambió al 22 de febrero de 1893.
Lazar Kaganovich empezó asistiendo a una escuela judía Heder. Un ex zapatero y Menshevike, hizo una increíble carrera en la Rusia soviética.
Oficialmente había trabajado previamente reparando calzado. No tenía otra educación. Por ello era clasificado como «autodidacta» en sus documentos del Partido.
Ingresó al Partido Bolchevique ya en diciembre de 1911, su carnet de miembro del Partido era el número 000 008. Fue considerado como un funcionario enérgico que era bueno para organizar personas.
Escribiendo ruso cometía serios errores gramaticales, según el secretario de Stalin, Boris Bazhanov en sus memorias.
La biografía oficial de Kaganovich afirma que había sido desterrado a su pueblo natal en 1915, pero que había escapado y se ocultó bajo varios seudónimos hasta la revolución de febrero de 1917. Sus actividades en ese momento seguían siendo un secreto estatal, como el hecho que él era miembro del movimiento Sionista Po’alei Sión (Obreros de Sión). Esa organización buscaba combinar el Socialismo con el Sionismo.
Decenas de miles de Bolcheviques judíos eran miembros de Po’alei Sión.
En el periódico Molodaya Gvardiya (No. 9, 1989), el historiador ruso Sergei Naumov (Magadan) afirmó, que Kaganovich era realmente un miembro de Po’alei Sión.
Los documentos enviados a Lazar Kaganovich en que los emisarios de la organización Sionista internacional Po’alei Sión daban cuenta de la recepción de dinero, se ha encontrado en los archivos.
Aquellos que estaban fuera de la organización no se les permitía ver tales informes.
León (Leiba) Mekhlis, otro notorio verdugo bajo Stalin, también era miembro de Po’alei Sión.
Po’alei Sión se fundó en 1899 y la rama rusa en 1901. Los líderes de la organización eran entonces Khaim Zhitlovsky y Nakhman Syrkin (1868-1924). Ellos tomaron parte activa en la «revolución» en Rusia en 1905-1906, cuando 25.000 miembros de este grupo Sionista-marxista lucharon contra el Zar.
La Unión Mundial de este grupo fue fundada en 1907 y su oficina principal estuvo en la Haya entre 1915 y 1916, pero entre 1917 y 1919 se trasladó a Estocolmo dónde recibió todo tipo de ayuda imaginable. La oficina principal se movió luego a la Unión Soviética, dónde Po’alei Sión existió legalmente como el Partido Sionista Socialista hasta 1928.
Los miembros infiltraron entonces el Partido comunista y otras organizaciones.
Po’alei Sión apoyó la toma del poder Bolchevique activamente.
Los miembros de Po’alei Sión eran principalmente extremistas y terroristas que asesinaban a cualquiera que estuviese en el camino del Poder Judío en Rusia. Esa organización Marxista subversiva incluso estaba presente en la pequeña Estonia.
Bund – el Partido Nacionalista Judío – y Po’alei Sión continuaron sus actividades aunque todos los otros partidos fueron prohibidos, excepto el Partido Comunista. El Partido comunista incluso tenía una Yevsektsia (esto es: una sección judía). 90 por ciento de los Sionistas Rojos pertenecían al aparato represivo comunista, según Sergei Naumov.
En 1918 los judíos Lazar Kaganovich, Genrikh Yagoda y Yan Gamarnik deportaron a 50.000 campesinos rusos del área de Kuban. Claro, esas víctimas fueron llevadas lejos, como de costumbre, en carros ganaderos.
En 1922, Lazar Kaganovich ayudó a Stalin para lograr ser el líder de la sección organizacional y de educación del Comité Central. Luego pasó al Comité Central y a la Secretaría en 1924 – Lazar Kaganovich llegó a ser Secretario del Comité Central.
Después de esto, él se encargó de las tareas más importantes. Entre 1925 y 1928 él fue el primer secretario del Partido en Ucrania. Él sólo tenía un jefe – Stalin.
La vida cultural judía en la Unión Soviética floreció bajo la protección de Kaganovich. En 1928 había ya en el imperio soviético 1.075 escuelas judías dónde se educaban 160.000 niños en yídish. El número de instituciones judías aumentó rápidamente en los años 1930-31.
Se publicaban tres periódicos diarios en yídish: Der Emess (en Moscú), Oktober (en Minsk) y Stern (en Kharkov). Oktober escribió airadamente que los rusos decían: «¡Malditos judíos!». Había también muchos periódicos locales y revistas (Einigkeit, Heimland). Un periódico para niños «Zei Gereit» (¡Estar Preparado!) también se publicaba en Kharkov.
El número de libros y periódicos aumentó de 11 títulos a 298 (la edición total subió desde 155.000 a 1.136.000). La Editorial Emess existió por 30 años. Debo mencionar aquí que las publicaciones judías no estaban sujetas a la censura como lo estaban otras publicaciones. Un importante personaje cultural judío me contó que Glavlit (el órgano de censura) no censuraba al periódico Sovetisch Heimland periódico. Ésa era una señal de la especial confianza del Partido.
Existía un departamento para los estudios de la Cultura judía en la Academia de Bielorusia. Un instituto para la Cultura judía se fundó en Ucrania en 1929. Ciertas universidades en la formación de maestros tenían departamentos especiales para la educación de maestros que daban instrucción calificada en las escuelas judías. La Universidad del Pueblo Judío se abrió después de la «revolución», según la Enciclopedia Judaica. Esas organizaciones judías que no satisfacían a los jefes de los bandoleros eran cerradas.
Lazar Kaganovich era la mano derecha de Stalin en la Máquina del Terror. No había una gota de compasión en alguna parte de su ser, según Robert Conquest. Creía que los intereses de los Bolcheviques justificaban cualquier crimen. Nikita Khrushchev, que era uno de sus ayudantes más íntimos, lo caracterizó como el «hombre más despiadado».
El periodista norteamericano Stuart Kahan, publicó un libro muy revelador sobre Lazar Kaganovich. Kahan es el nieto del hermano de Kaganovich, Morris, que emigró a principios de 1900 a los Estados Unidos de América. Habló largamente con su pariente en yídish, el 23 de septiembre de 1981 en Rusia. El resultado fue el libro «El Lobo del Kremlin» (Estocolmo, 1988).
Lazar Kaganovich confirmó a su pariente, entre otras cosas, que fue Trotsky quien dirigió la toma del poder el 7-8 de noviembre de 1917. Él por supuesto idealizaba a Lenín y a Stalin y conservaba los mitos soviéticos. Él sin embargo, confirmó la existencia de protocolos suplementarios secretos en el pacto Molotov-Ribbentrop.